¿A que nos referimos cuando hablamos de VOLUMEN de juego?
El lenguaje tiene sus propias leyes, sólo se cambia a través de procesos históricos y a través de consensos colectivos. Cada actividad en particular genera sus propios códigos, su propio lenguaje, tanto por factores geográficos (dialectos), sociales (sociolectos), etarios (cronolectos), entre otros. Más específico, acorde algunos autores es el Tecnolecto, que se refiere a las palabras y locuciones propias del lenguaje profesional. Aquí es donde el básquetbol, como cualquier otra actividad genera su propio espacio léxico. “Chasss; donqueala; enterrala; cross over; flotadora; la caselita; kiki move; bandeja sobaquera (“sobaqueala”)” son términos que probablemente se malinterpreten, o directamente no se interpreten por gente no relacionada con la actividad del básquet.
De hecho no todas las personas que entienden de básquet saben qué significan todos estos términos. Estas palabras irrumpen en el mercado de la pelota y se ponen de moda por épocas: hay épocas en que se habla más de “paso cambiado”, otras de “slalom”; épocas que se habla más en términos de “química”, otras de “ensamble”; a veces se ponen de moda frases por su genialidad. Ejemplo de ello: un amigo y compañero de básquet, tomaba un lanzamiento de tres puntos con el defensor cerca. En medio de un acto de pura confianza, y generando fastidio en dicho defensor, mientras la pelota iba en el aire decía: “Practicá saque, querido”. Una frase poética.
De la misma manera por estos tiempos se vuelve a escuchar un concepto que no está muy definido, sino más bien se entiende inconscientemente, o peor aún, cada uno lo entiende de manera diferente: “Volumen de juego”. Yo me pregunto a qué se refieren, jugadores, entrenadores, dirigentes, prensa, público en general con “volumen de juego”.
Etimológicamente, volumen sirve para nombrar la corpulencia o bulto, o sea la magnitud física de algo que se exprese en alto, ancho y largo. También es un concepto subjetivo sobre la intensidad del sonido, o sobre el espesor de algunos elementos. Con lo cual se plantean algunas preguntas más direccionadas a nuestro propio concepto dentro del basquetbol: ¿Si tengo jugadores más “grandotes” el equipo tiene más “volumen”? ¿Si los jugadores tienen un tono de voz elevado, es un equipo con “buen volumen”? ¿Si los jugadores cometen faltas con intensidad, es un equipo con un volumen de agresividad alto? La respuesta es más que obvia: sólo unas líneas de sarcasmo me abordaron.
El concepto, que es mucho más importante que la terminología que le demos, entiendo que debería referirse a la capacidad de ABARCAR la mayor cantidad de facetas como equipo en un partido de básquet: saber cuándo jugar contraataque y cuando ofensivas estacionadas; saber cuándo y a quién pasarle el balón; entender que hay momentos del juego que son diferentes a otros; a veces entender que en ataque estacionado hay que darse mayor cantidad de pases; que en los momentos que se defiende toda la cancha, los cinco jugadores estén comprometidos a hacerlo (lo mismo si la defensa planteada es “zona”); que las rotaciones defensivas se hagan de manera correcta y que los equipos no sean sencillos de ser abatidos por sus oponentes. Por supuesto puede generar cierta polémica o debate entre los distintos actores el incluir algunas facetas dentro de “volumen de juego” o no. Por ejemplo, los porcentajes de lanzamientos convertidos y errados que el equipo tira, ¿se incluyen o no en el “volumen”? ¿Podemos manejar dicho porcentaje de manera consciente, o sólo podemos esperar tener una buena selección de lanzamientos con el objetivo, en el mejor de los casos, de convertir mayor cantidad de tiros?
Por otro lado, ¿qué es lo que se consigue efectivamente al conseguir “mayor volumen de juego”? ¿Te asegura conseguir victorias o los equipos un tanto mas anárquicos y ciclotímicos también pueden ganar? ¿Es más vistoso para el espectador (para el espectáculo) observar un equipo anárquico o un equipo que sabe a lo que juega y lo desarrolla de manera sólida? Las respuestas a estas preguntas son muy subjetivas. Cada uno relata la historia desde la mirilla de su puerta. Por lo tanto, cada uno de los que participan de una u otra manera en esta actividad tiene la respuesta de acuerdo a sus propios paradigmas. Lo importante sería entonces poder definir con cierta precisión a qué nos referimos, y qué abarca el concepto al que hacemos referencia, para saber exactamente desde qué punto de vista hablar. Si no, ocurre al igual que con el lenguaje, que hablamos de lo mismo, con distintas palabras, o que hablamos de cosas diferentes, utilizando erróneamente las mismas palabras.
Con el fin de darle forma a un término con relevancia en nuestro tecnolecto, intenté aquí, desde mi percepción personal, y de manera reducida, generar un acercamiento a la definición de este concepto holístico llamado VOLUMEN de JUEGO.
Hasta la próxima.
GERMÁN BERNHARDT
Jugador de Unión de Sunchales