Instituto ganó de punta a punta la Liga Cordobesa Crelech y celebró a lo grande.
Nadie lo podrá discutir. Porque fue el mejor de principio a fin. Tenía una gran asignatura pendiente y, a través de la perseverancia, la consiguió. Instituto le ganó a Hindú 109-81 cerrando la serie 4-1, se consagró campeón por primera vez de la Liga Cordobesa Crelech y, además, ascendió a la Liga Argentina (reemplazará a la Liga Nacional B). Con demasiada comodidad, la “Gloria” fue haciendo su camino al título. Ampliamente superior al resto de sus rivales, el conjunto de Alta Córdoba perdió sólo tres juegos a lo largo de toda la temporada (de 32 jugados, festejó en 29). Incluso, en la etapa de playoffs, donde la paridad llega a su punto máximo, cayó una sola oportunidad (en la final y la única de visitante). Números que hablan de por sí solos.
La historia no le sonreía. En las tres oportunidades en las que Instituto había llegado a la final, la fortuna siempre le fue esquiva (perdió dos veces ante Barrio Parque y la restante ante San Isidro). Las sensaciones eran ambiguas. Sobre todo luego de caer, el pasado año, ante el elenco de San Francisco. Pero no bajó los brazos. Creyó que podía. Armó un equipo entre experimentados, algo de aire fresco y encontró la fórmula. Por un lado, jugadores como Juan Seia, Fernando Ghella (ambos consiguieron su tercer título), Adrián Forastieri (segundo en su cuenta personal), y Mauro Bulchi. Por el otro, Germán Colli, Dino Delizzoti y Germán Parer. Una conjugación que Mauro Felauto, DT del campeón, supo explotar al máximo.
Adrián Forastieri, clave en Instituto, volvió a brillar y fue el goleador con 21 puntos.
Comenzó como una aplanadora. Como para dejar a un costado todas las dudas generadas en el juego anterior. Con gran intensidad en defensa, Instituto obligó siempre a Hindú a cometer errores y dejó en evidencia la presión con la que entró el visitante. Con Adrián Forastieri como abanderado (figura y goleador con 21 puntos), los locales se escaparon 29-18. El segundo segmento no varió y dejó entrever la enorme diferencia en el ánimo de uno y otro. El arranque posterior al descanso largo, abrió un abismo gigante entre los dos. La “Gloria” ratificó todo lo bueno que lo llevó a ser el mejor. Juego colectivo, criterio, inteligencia y una defensa que desmorona a cualquiera. Con un parcial de 13-0 (65-38), sentenció un partido que fue aumentando la distancia entre ambos. Los minutos restantes estuvieron de más.
Cuando promedió el capítulo final, se desató la euforia. Con bastante anticipación, la historia estaba concluida. Luego de una larga espera, finalmente se consagró como el mejor. Porque nadie podrá discutirlo. Porque fue el mejor de principio a fin, Instituto pudo dar la vuelta que hace tanto tiempo tenía reservada.
Germán Colli corta las redes. La Gloria gritó campeón y desató una gran fiesta en el Ángel Sandrín.
Síntesis:
Instituto (109): Germán Colli 8, Adrián Forastieri 21, Juan Seia 8, Víctor Chana 10, Mauro Bulchi 13 (FI), Lucas Saúl 7, Decorey Young 14, Fernando Ghella 6, Dino Delizzoti 10, Matías Carrizo 10, Federico Pérez 2 y Germán Parer 0. DT: Mauro Felauto.
Hindú (81): Gabriel Butori 1, Walter Brun 19, José Fornaciari 3, Andrés Tuja 5, Javier Tuja 6 (FI), Matías Astrada 2, Manuel Cadenazzi 10, Federico Duelli 10, Alejandro Madera 0, Mirco Barreiro 19 y Jonathan Tejeda 6. DT: Javier Anuch.
Parciales: 1º Instituto 29-Hindú 18, 2º 23-20 (52-38), 3º 34-17 (86-55) y 4º 23-26 (109-81).
Árbitros: Gabriel Tarifeño, Maximiliano Moral y Martín Morano.
Cancha: Ángel Sandrín (Club Instituto).
> Informe: Gastón López, Nicolás Colautti y Walter Kanqui García.
> Fotos: Gentileza Ignacio Niño / Especial para Básquetblog.